Mucho ha cambiado la vida de las féminas cubanas desde entonces. En el plano social ellas ocupan hoy cerca de la mitad de los empleos existentes en el país y el 30 por ciento de los puestos de dirección en actividades administrativas. También se distinguen en las universidades y en las graduaciones de profesionales y técnicos.
Cuba fue el primer país en firmar la Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y el segundo en ratificarla. La legislación nacional contempla disposiciones que le conceden derechos especiales tanto en el Derecho Civil, como en el de Familia, en la Legislación Agraria y en materia de empleo y de seguridad social.
Pero estos y otros hechos y cifras no significan que esté libre de barreras el camino de la mujer cubana hacia su plena integración social. Aún persisten actitudes retrógradas en las esferas laboral y social que obstaculizan su desempeño en las múltiples tareas que impulsa en su área de residencia, en fábricas, hospitales, instituciones docentes, en el surco… Pero ellas se imponen con talento y ternura, y conquistan cuanto se proponen.
En abril de 1997 el Consejo de Estado aprobó el plan de acción nacional de seguimiento a la IV Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre la Mujer, con el propósito de dar continuidad a los avances en torno a la igualdad de género en Cuba.